miércoles, 31 de agosto de 2011

Aprendiendo a caminar


Este post no es para referirme a tus evoluciones como andarina pues ya aprendiste hace mucho. En realidad es para comentarte como nosotros nos hemos adaptado a la nueva vida después de 2 años.

Los pasos que vamos dando en esta nueva vida son firmes y seguros pero de vez en cuando tenemos nuestras dudas y debilidades y nos tenemos (mamá y yo) para apoyarnos. No hemos necesitado taca-taca en ningún momento (como tú), nos hemos caído muchas veces (y quien no) pero después de 2 años (que haces hoy) podemos asegurar que a andar se aprende andando y todavía nos queda mucho camino que aprender.

La gente me hace sentir orgulloso cada vez que me dice que andas como yo (yo no lo creo así) y ansío que, de ser así, no te hagas daño al caer en todos los sitios donde caí. Si has de caer cae pero levántate. Eso es lo que más me haría sentir orgulloso.

Como verás ha habido poco movimiento en tu blog desde hace mucho tiempo debido a que el tiempo que disponemos ya no es tanto como antes. Tanto es así que he tenido que crearte cuenta en Twitter y Facebook para ir relatando de forma breve los movimientos que ibas haciendo para que, de alguna forma rápida, tu familia (cercana o no) sepa de ti.

No he querido cerrar tu blog y no lo haré mientras pueda porque, aunque poco, lo iré actualizando con lo mejor de mi. Si un día logras leerlo quiero que tengas aquellas cosas que un día pasaron por mi cabeza. Ya harás con ello lo que quieras.

Muchas felicidades mi amor.

jueves, 4 de febrero de 2010

¿Como devolverte una vida?

Disculpa hija, primero por no tener un hueco para poder escribir sobre ti y segundo porque espero que sepas entender que hoy quiero escribir a mamá en tu blog pero tú eres el motivo de mi texto.
Mamá:
Recuerdo que hace muchos años te escribí una carta como la que hoy estoy preparado a terminar. Es una carta que fue distinta a las que normalmente te escribía puesto que volqué todos mis sentimientos en ella y te rogué que me dieras la posibilidad de alcanzar muchos de los sueños que ya hemos hecho realidad.
Hoy, 14 años después de haber comenzado nuestras vidas juntos, no estoy aquí para pedirte nada más (ni me atrevo a hacerlo) puesto que ya me lo has dado todo. Tan solo puedo ofrecerte la oportunidad de dejarme devolverte lo que has hecho por mí. Devolverte una vida. No sé como lo haré exactamente, pero desde hace mucho tiempo te vengo recordando que dentro de 2 años llevaremos media vida juntos. La mía. La nuestra. Desde ese momento llevaré más tiempo contigo que sin ti. Y seguiré tanto tiempo como me sea posible. Tanto como tú me permitas.
Construimos juntos los cimientos. Nos deshicimos de los escombros (¿recuerdas? muchas idas y venidas). La llenamos de luz. La pusimos puertas. La pusimos una tarima que nada ni nadie puede arañar. La pintamos y decoramos (estuvimos bastante de acuerdo en mucho). Y, cuando todo estuvo preparado, nos decidimos a comprar una casa para que todo eso que habíamos creado lo pudiésemos disfrutar juntos todos los días.
Ya tenemos nuestra Chiquilla. Te juro que no olvidaré nunca, ya forma parte de mí, lo que sentí (lo que siento) gracias a tu esfuerzo, a más de 9 meses de sacrificio y dedicación. No dejaré de desvivirme para que no se convierta en algo que se olvide. Es imborrable. Lo será cada vez que se sonríe, cada vez que estornuda, cada vez que se duerme en mis brazos, le doy el bibe, la baño, la cambio, cada vez que llora, cada vez que intenta hacer una pedorreta, cada gesto, cada mirada…
Con esta carta quiero darte las gracias. Con esta carta quiero hacer público el compromiso que me une a ti. Con esta carta quiero confesar a todo el mundo que nos rodea que soy tu marido. Que tú eres mi mujer. Que este es el papel que realmente nos compromete y no otro. Que te quiero. Que te debo una vida.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

domingo, 4 de octubre de 2009

Aun fuera sigues llenandome...


Hola hija, aquí está mamá esta vez intentando escribirte lo que sentí el día de tu llegada. No quiero relatarte los "malos" momentos que vivimos papá y yo hasta tu llegada (eso me lo reservo para mi o para el día que me preguntes por ello). Aquí, en este post quiero contarte lo bonito de tu llegada aunque te hicieras de rogar y tardaras más de lo que yo me había imaginado.

Cuando llegamos al hospital, como cuenta tu padre, yo pensaba que nos volveríamos a casa como los dos días anteriores, pero no fue así y nos llevaron a la sala donde me preparan para tu llegada. Allí estuvimos bastante tiempo pero en ningún momento fui consciente de que cuando saliéramos de esa habitación volveríamos contigo. Solo pensaba en hacer las respiraciones y en esperar ese pinchazo milagroso (ya te contaremos). Una vez que me lo pusieron tampoco tuve tiempo de hacerme a la idea de que ya estabas de camino [bueno, de camino no, en las puertas más bien].

Desde el pinchazo a la sala donde naciste se me hizo "muy corta" ya que incluso hubo un momento que me quedé dormida. Además hubo una parte graciosa ya que me dijeron que estaba en el momento de empujar y que tú fueras saliendo. Empecé a empujar como me enseñaron en las clases pero la duda de si lo estaba haciendo bien me asaltó y se lo dije a papá pero en el tercer empujón volvió la matrona y se lo dijimos. Quiso comprobarlo y cuando volví a empujar.... Sorpresa! papá pudo verte la coronilla. Debió ser que los empujones los hice bien porque la matrona salió corriendo mientras gritaba ¡Al paritorio!¡Al paritorio!. Ahí tuve un segundo de cordura y me puse nerviosa (no dejé de temblar) por tu llegada. Ya estabas saliendo o entrando por la puerta (no se como decirlo).

Acto seguido y, después de 3 empujones más, saliste. Con el 2 salió la cabecita que me hizo sentir que me quitaban un peso de encima pero con la 3 vi como te salían los brazos y el resto del cuerpo y lo que sentí fue un vacío completo dentro de mí, que se evaporó rápidamente cuando te pusieron encima de mi pecho para darte calor. En realidad creo que tú estabas más calentita que yo ya que por nervios o frío no dejaba de temblar y tiritar hasta que nos llevaron de nuevo a la habitación. Mientras te limpiaban entre mis brazos no dejaba de mirarte y ni aun ahí fui consciente de la realidad, de que ya estabas con nosotros para siempre.

Todo parecía un sueño. Es una sensación tan bonita dar a luz que parece eso, un sueño.

Cuando nos llevaron a la habitación se hizo realidad de golpe todo. Ya estabas aquí y teníamos que cuidarte y todo empezaba por darte calor y de comer. Que sensación tan inexplicable dar el pecho. Soy incapaz de explicarlo con palabras aunque ya llevas mas de un mordisquito y eso no es tan bonito jeje. No se si me queda algo mas que contarte aunque creo que puedo resumir diciéndote que aunque pasé dolores aun tengo ganas de darte un@ hermanit@.

Muchos besos mi vida.

PD: aun releyendo estas palabras se me saltaban las lagrimas recordando el momento.

viernes, 11 de septiembre de 2009

El post del abuelo Antonio


Querida Irene ya estás entre nosotros, no sabes lo feliz que nos hiciste a todos los que estabamos en el pasillo del Hospital, cuando salio tu papi y nos dijo que habias nacido, "aunque yo diez minutos antes dije que ya habias nacido aunque no de manera oficial".

Aunque estaba muy cansado ese día y la espera fue larga , se me paso todos los cansancios y sueños que tenía porque tenía la esperanza de que ese día nacerias.

Al día siguiente cuando te conocimos eras la niña más guapa del mundo y parte del extranjero, y ya el colofon fue cuando tus papis me digeron que te cogiera, te quedaste mirando fijamente como queriendo reconocerme y tener en tu cabecita mi rostro, te quedaste despues dormida y te puse en el cuco, fue el momento despues de los nacimientos de tu papi y tu tío Salva, mas feliz de mi vida. porque como dice tu abuela Pilar algo de nosotros tambien tienes, "no sabemos el qué , pero algo tienes, o eso creemos"

Ya te seguiré escribiendo más adelante, pero queria darte la bienvenida auqnue con un poco de retraso

Tu abuelo Antonio

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Feliz semaniversario (y dia previsto)

A una semana de tu nacimiento ya se te ha caido el cordón, te han hecho la prueba del talón, has engordado medio kilo (saliste con 2,640) y has crecido 3 cm (sumados a los 46 que tuviste) y tu craneo ha crecido también. Nos has demostrado que podemos contar contigo para salir de compras y hacer papeleos, aunque si te falta de comer nos pones en un aprieto.

Desperezándote eres idéntica a papá y durmiendo tienes los mismos impulsos de mamá (es medio sonámbula).

Muchas gracias por las sonrisillas que me dedicas de vez en cuando (aunque no sepas porqué).

lunes, 31 de agosto de 2009

Y viniste al mundo...



...y me hiciste el padre más feliz del mundo.

Parece que mi último post tuvo efecto porque fue publicarlo y tener que salir corriendo. Aunque después de correr nos tocó esperar. Desde las 13:30 hasta las 23:20 que naciste hubo mucho tiempo para trabajar en tu nacimiento y mientras yo lo iba narrando en Facebook para que toda la gente estuviese enterada.

En cuanto a mamá tuvo tantos dolores que pidió que le diesen una cosa que calma el dolor en el parto y que le sirvio muchisimo. A partir de ese momento todo fue más rápido y menos doloroso. No te preocupes de que hayas hecho daño a mamá. Ahora que ya has llegado esto se olvida en un santiamén.

El momento en que llegaste fue un poco tenso por los nervios pero, cuando ya te pude tocar y coger, me entró tal alegría y felicidad que lo único que pude hacer es darle las gracias a mamá por haber aguantado las casi 39 semanas que has estado en su interior y las casi 72 horas sin apenas descansar ni dormir para que tu vinieses.

Cuando las enfermeras (que te dieron un sobresaliente por como te habias portado en el parto) te pusieron en mis brazos, te quedaste mirándome con la misma cara que tienes en la foto que encabeza este post (por eso la he elegido). No se exactamente que estarías pensando o si realmente podías verme pero yo me emocioné tanto como lo estoy haciendo en este momento.

Me has alegrado tanto la vida... Eres guapísima, te portas muy bien, comes lo que tienes que comer... Es increíble como me haces sentir con cada gesto que haces. No dejo de pensar en ti.

Por fin estás aquí (antes de lo previsto). A partir de ahora serás tú quien marque los pasos. Yo simplemente estaré aquí para ayudarte.

Te quiero mucho.